Cesar Cáceres Dagnino
Por Posgrado y Extensión. 04 agosto, 2017.Columna de Opinión escrita por Cesar Cáceres, docente del Programa Vivencial en Recursos Humanos. Publicada en el Diario El Peruano, el 10 de junio del 2017.
Lograr que los trabajadores de una empresa compartan y sean parte de la estrategia de la organización, y que dirijan sus actividades a la consecución de sus objetivos tiene un nombre: Gestión del Talento.
Esta consiste en trabajar correctamente en la generación de un buen clima laboral y en la motivación de cada colaborador. Así, la motivación del personal cobra especial interés en las organizaciones y esta puede ejecutarse de diferentes modos. Por ejemplo, mediante los modelos de retribución por desempeño o programas de beneficios. No obstante, identificar las capacidades y habilidades de cada trabajador e invertir en ellas siempre será la mejor apuesta. Pero además del espacio laboral, uno de los puntos clave que no se debe descuidar, es el plano familiar. El buen balance de la vida profesional y familiar permitirá tener a un trabajador agradecido y enfocado en los resultados de la organización. No es una sorpresa entonces que las empresas con mayor valor en el mundo tengan el foco en la satisfacción de su talento humano. Hay empresas donde los colaboradores tienen la libertad de elegir el proyecto en el que desean trabajar, con base en sus capacidades y motivaciones. Estimulan la toma de riesgos y generalmente no castigan los errores que se puedan cometer en el proceso.
Por el contrario, uno de los síntomas que nos revelan un problema en la motivación de los empleados es la rotación de personal o “fuga de talentos”. Esta es una alerta de falta de unidad en el ápice estratégico y para evitarlo es necesario llegar hasta el núcleo de las operaciones y desde ahí evaluar los niveles de la organización. Si bien la capacitación mediante cursos, talleres, seminarios generan motivación en el trabajador, el objetivo real de la capacitación es cubrir las brechas de desempeño detectadas en la evaluación individual. Las empresas de hoy tienen una variedad de herramientas para medir el desempeño humano, que todas las organizaciones deberían evaluar y empezar a utilizar. Estos son hoy los instrumentos más acertados para tener respuestas sobre el estado real de la organización y así evaluar y proponer los cambios o mejoras que conducirán al éxito.